BASILIO OTERO, PRESIDENTE DE LA FEDERACIÓN NACIONAL DE COFRADÍAS DE PESCADORES, FNCP, COMPARECE EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS PARA PARTICIPAR EN LA JORNADA SOBRE LA CADENA ALIMENTARIA
El Presidente de la Federación manifiesta que “esta nueva Ley puede perjudicar gravemente al productor primario que vende su pescado en las lonjas”
Basilio Otero afirma que “no existe otra forma más fiable, hasta el momento, de vender el pescado que en una subasta pública a la baja”
El sector pesquero pide que se atienda la solicitud de exclusión de la formalización del contrato alimentario en la venta en lonja por subasta pública
El Presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, Basilio Otero, comparece en El Congreso de los Diputados para participar en la Jornada sobre la Cadena Alimentaria. Otero ha manifestado que “este proyecto no está concebido para proteger el precio del productor primario de la pesca, porque sólo menciona la problemática de los agricultores y los ganaderos”. Por esta razón afirma que “esta nueva Ley puede perjudicar gravemente al productor primario que vende su pescado en las lonjas”.
El proyecto no contiene previsiones sobre las consecuencias de la nueva regulación para la pesca y por tanto tampoco para la primera venta de pescado en subasta pública. El proyecto tan sólo se remite a la Política Agrícola Común y a la necesidad de proteger a los agricultores y ganaderos frente a la caída de los precios que perciben, sin referir ni la Política Pesquera Común, ni la necesidad de proteger al productor de la pesca.
Para el Presidente de la FNCP “es justo que esta reforma en proyecto considere la realidad de la primera venta de pescado por subasta pública en lonja y que razone sobre las consecuencias que tendría para ella la aplicación del nuevo régimen”.
Desde las Cofradías de Pescadores entendemos que extender la obligación de formalizar el contrato alimentario a la primera venta por subasta pública de la pesca fresca o refrigerada en lonja no es viable y se debería excluir de la obligación de formalizar el contrato alimentario para no perjudicar al productor primario, pues de lo contrario debería renunciar a un sistema de venta por subasta, que protege sus ingresos en los períodos más favorables.
Además, si se quiere proteger el precio, también se deberá atender la calidad de la especie según arte, ya que no todas las artes tratan al pescado igual, al grado de frescura del pescado, a la talla, etc. “Esto no lo vemos viable para un producto que se vende en subasta pública, aunque pueda incorporarse por el contrario a la venta de pescado al que se le fije un precio de campaña por no subastarse en la lonja” asevera Otero.
Por ello preocupa que el proyecto no haya considerado la realidad de la primera venta de pescado por subasta en la lonja, cuando se sabe que el productor primario además de soportar el peso en los períodos de crisis es la parte más débil de la relación comercial, por su escasa capacidad para lograr un nivel adecuado del precio de un contrato alimentario para un producto que es muy perecedero, y el sistema de subasta es un mecanismo que les ha permitido sostener sus costes de producción a lo largo del año. Frente a esta situación Basilio Otero se plantea que “si un competidor en Portugal o en Francia o en cualquier otro país ofrece un precio más bajo al que figura en el contrato alimentario ¿qué pasará con nuestro producto y con nuestro comprador?”.
Las últimas estadísticas del MAPA reflejan que el consumo de pescado fresco en los hogares creció de diciembre de 2019 a noviembre de 2020 un 6,7%, y que sólo en noviembre la subida fue del 14,7% siendo la subida del precio anual del 9,5%. El Presidente Otero destaca que “el consumidor debe saber que ni las Cofradías ni el productor primario de la pesca se han beneficiado de esta evolución de precios, el Estado de Alarma afectó mucho al precio, por el descenso de demanda y por el cierre del canal HORECA”.
Proteger realmente el precio del productor primario de la pesca exigiría por ejemplo, que el legislador encarara decididamente la problemática del furtivismo. Mejorar la información al consumidor sobre la trazabilidad del producto que se importa del exterior y negar preferencias comerciales a cualquier Estado ligado con la pesca ilegal o con el abuso laboral grave, también ayudaría a proteger el precio del productor primario de la pesca.
Basilio Otero concluye que “el sector pesquero pide que se atienda la solicitud de exclusión de la formalización del contrato alimentario en la venta en lonja por subasta pública, y espera que se avance en el funcionamiento leal y transparente de la cadena alimentaria, y en un reparto más equitativo de los costes sociales, ambientales, de sostenibilidad y de competitividad, y todo ello con el mayor consenso” ya que “no existe otra forma más fiable, hasta el momento, de vender el pescado que en una subasta pública a la baja”.
Solicitamos que la palabra “pesca” sólo aparezca dos veces en la ley, una en el encabezado del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y otra para decir que la pesca queda excluida de esta Ley.