El cardiólogo intervencionista Guillermo Aldana, en la última jornada del congreso sobre Sostenibilidad Social organizado por FREMSS (Fundación Rendemento Económico Mínimo Sostible e Social) enumeró todos los estudios científicos que demuestran los beneficios de comer pescado, que no son sólo cardiovasculares. Los ácidos grasos esenciales omega 3, 6 y 9 que contiene -y que además no hay otra forma de conseguir más que a través de la alimentación- regulan el colesterol, reparan las membranas celulares, hacen los glóbulos rojos más elásticos (con lo que se evitan trombos), mejoran el desarrollo cerebral y el cociente intelectual, tienen efectos positivos en el tratamiento del autismo y el trastorno por hiperactividad, previenen la degeneración macular e incluso está demostrado que una alta ingesta de ácidos grasos «es tan antidepresiva como el Prozac».
También citó otro estudio que demuestra que si se sustituye un 3 % de carne por un 3 % de pescado en la alimentación se reduce un 20 % la posibilidad de muerte por enfermedades cardiovasculares.
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